No es La Casa de Toño: esta es la mejor pozolería de la CDMX según los clientes
La especialidad es el pozole verde estilo Guerrero, servido en cazuela de barro y preparado al momento en tu mesa.
En temporada de lluvias, el antojo de un buen pozole se intensifica, y aunque La Casa de Toño es uno de los lugares más conocidos, hay una pozolería en la CDMX que la supera tanto en sabor como en precios: se trata de El Pozole de Moctezuma, un sitio con más de 70 años de tradición en la colonia Guerrero.
Ubicado en Moctezuma #12, este lugar es famoso por su pozole blanco, verde y de camarón, disponible de lunes a sábado entre las 2 y las 7 de la tarde. Fundado en 1947 por Doña Balbina Valle, originaria de Iguala, Guerrero, comenzó como un comedor casero y hoy es una parada obligada para los amantes del pozole auténtico.
La entrada al lugar es peculiar: aunque parezca cerrado, debes tocar el interfono para acceder. Una vez dentro, el local ofrece un ambiente sencillo pero lleno de carácter, con paredes de ladrillo, espejos decorados y una singular colección de encendedores aportados por los propios clientes.
La especialidad es el pozole verde estilo Guerrero, servido en cazuela de barro y preparado al momento en tu mesa. Lleva ingredientes poco convencionales como aguacate, sardina, huevo crudo, chicharrón y un toque de mezcal, lo que lo convierte en una experiencia gastronómica que celebra las raíces de esa región.
Entre sus visitantes se encuentran personajes famosos como Carlos Slim, María Rojo y Beto ‘El Boticario’, lo que habla de su reconocimiento incluso entre figuras públicas. Los precios también son accesibles: el pozole va de 135 a 165 pesos, dependiendo del tipo y tamaño, con extras disponibles como carne, sardina o incluso alacranes.
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A diferencia de La Casa de Toño, donde el pozole cuesta 105 pesos pero no se especifica el tamaño, en El Pozole de Moctezuma obtienes porciones claras, grandes y cargadas de sabor, lo que lo posiciona como una opción más completa y auténtica para quienes buscan una experiencia tradicional.
Además del pozole, el menú incluye antojitos como tacos de lengua, chorizo, tostadas Tixtla y postres caseros como arroz con leche o pastel tres leches. Con más de siete décadas de historia, este lugar se mantiene firme como uno de los tesoros culinarios mejor guardados de la CDMX, ideal para quienes buscan sabor, tradición y un toque de historia en cada plato.
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